sábado, 29 de marzo de 2008

EL ENTRENADOR AFICIONADO

Por: Agustín Garizábalo Almarales

Lo que más atenta contra el entrenador de fútbol aficionado es su falta de rigor. Aspira a que lo traten como un profesional, pero él no se profesionaliza. Para empezar, no se ha dado cuenta de que esa actividad cambió dramáticamente. Ya no es suficiente con saber de fútbol o haber tenido figuración como jugador. Ahora es necesario conocer otras áreas del comportamiento humano, proyectar una imagen de liderazgo, demostrar sabiduría y ser un referente para los actores y observadores de su labor.

Pero ¿Qué tenemos en la actualidad?... Un profesor que en su afán por actuar como técnico de fútbol cae en una serie de comportamientos que no contribuyen a construir la imagen de respeto y seriedad que exige esta profesión. Veamos:

1- Ante las dificultades que se le presentan en su papel de entrenador, lo primero que se le ocurre es montar una escuela de fútbol; esto implica volverse una especie de empresario y ya su funcionalidad girará en torno al problema económico que pueda suscitarse por el no pago de la mensualidad de los muchachos. De alguna manera queda entonces a merced de la presión de los padres de familia que en gran medida financian su actividad... ¿No será que pierde autoridad para tomar algunas decisiones?

2- Es triste verlo con una pobre presentación personal y un dramático descuido de su figura. Por ejemplo, ya hizo carrera la estampa del entrenador gordito y barrigón peleando y gritando en la línea... ¿Será que esto ayuda a que se valore su oficio?

3- A veces se presenta a dirigir sólo con su capacidad de improvisación. (En ocasiones enguayabado y con señales de una larga noche). Sería importante apoyarse en estadísticas, informaciones, detalles claves. El entrenador debería llevar una bitácora de Códigos y Consignas, es decir, un registro de lo que va diciéndole a su grupo, de lo que va trabajando. En últimas, cada entrenador debe construir su propio libro de consultas con base en su experiencia cotidiana... ¿No sería bueno utilizar esa poderosa arma de una información organizada?

4- Pelea frecuentemente con los árbitros por situaciones de juego. Pero ¿Sí conoce este entrenador el reglamento del fútbol? ¿Se cuida acaso de actualizarse sobre las últimas modificaciones de las normas? ¿Cómo discute entonces sin argumentos?

5- Aspira a desempeñar sólo el rol más protagónico. Es decir, manejar la siempre tentadora alineación, decidir los cambios, administrar dinero y escoger los jugadores. En una palabra: Mandar. Pero el fútbol tiene otros cargos sumamente importantes: Preparador Físico, asistentes de campo, fundamentadores técnicos, reclutadores de talentos, delegados, trabajadores sociales. Sería bueno determinar en qué espacio se podría dar lo mejor de sí y contribuir con ello a la causa.

6- Sólo hace cursos de fútbol. Uno lo ve siempre en los seminarios de fútbol, pero jamás en una capacitación diferente. Lo que hay que aprender de fútbol es relativamente limitado. Es necesario, por tanto, explorar otras áreas del conocimiento humano.

7- Repite el mismo discurso. Está claro que se pierde espacio y poder cuando ya no se tiene la capacidad de sorprender al grupo, cuando se repiten los mismos giros y argumentos; por ello se hace necesario renovar permanentemente este recurso.

8- Quiere ganar a toda costa. No importa volarse las escuadras: Inscribe a un muchacho con documentos adulterados, mete a jugar a uno con el carné de otro, intenta sobornar a un árbitro. Cree realmente que todo se vale, como en el amor y la guerra.

Sabemos, por experiencia propia, de las dificultades económicas, de las penurias y sinsabores a los que uno se ve sometido cuando asume este oficio ¿Por qué, entonces, no hacernos concientes de nuestro propio valor y emprender un camino que dignifique verdaderamente nuestra actividad?

Que nuestra función apunte más hacia el Administrador Deportivo, con una ética y una formación integral, orientada a ganar un mejor estatus social, pero, por encima de todo, a obtener ese respeto tantas veces esquivo.


agarizabalo@hotmail.com

Publicado en El Heraldo Deportivo, Septiembre 25 de 2007.
Publicado en la Revista del Deportivo Cali, abril. 2007.

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