Por: Agustín Garizábalo Almarales
En mi labor como Cazatalentos del Deportivo Cali, es frecuente que la gente me pregunte: “Ajá, profe, ¿Y qué es lo que usted mira en un jugador de fútbol?”... Digo que tengo en cuenta tres grandes pilares que conforman una base sólida, como si fuera una mesa de tres patas. Son a saber:
EL TALENTO: Por supuesto, pero, ¿Cómo detectar el talento en un jugador de fútbol?... pues, observe cómo RESUELVE en cada jugada en la que participa. Analice también si es capaz de leer el juego. Generalmente alguien con talento es asertivo en la mayoría de sus decisiones. Conviene mirar, además, cuál es el registro de sus acciones en las áreas de máximo riesgo. En últimas, el potencial se traduce en jugadas que pueden ser llevadas a una cifra estadística. En cuántos mano a mano sale airoso, cuántos goles concreta, cuántas pelotas recupera, cuántas veces arriesga con acierto...
Pero el Talento no es suficiente. Se necesita también VOCACIÓN. Y, ¿Cómo descubrimos si el joven tiene vocación?... pues, en su manera de entrenar, en el gusto por la actividad. Que sea capaz de entregarse, de exigirse. Que quiera aprender siempre. El verdadero trabajo del futbolista no es jugar al fútbol, sino perfeccionarse física y mentalmente a través del entrenamiento programado. Sin vocación no es posible mejorarse a sí mismo con una rutina diaria.
Y el tercer elemento es la CONSAGRACIÓN: Consiste en una disposición de ánimo que se traduce en hábitos sanos con respecto a la Nutrición, el Descanso, la Higiene y el Manejo del tiempo libre.
En la Nutrición: Un niño que tenga vocación de faquir, por ejemplo, no puede aspirar a ser futbolista. Cómo es eso de que no le gusta la ensalada ni los granos. Que no come frutas ni pescado. Está condenado a no fortalecerse como atleta. El ser humano es lo que come. De su nutrición efectiva dependerá que los procesos de crecimiento se cumplan íntegramente. Una dieta en cantidades balanceadas, de acuerdo con la edad y las exigencias físicas, rica en proteínas, cereales, verduras, frutas y lácteos, más algunos complementos alimenticios, ayudará a alcanzar el nivel ideal. Debe procurarse un horario establecido para tomar los alimentos. Evitar el exceso en el consumo de azúcar, cafeína y grasa animal.
Descanso: Hay que respetar una rutina en los horarios de descanso para no atentar contra la estructura del sueño. No todo puede ser movimiento y exigencias. Es necesario recargar baterías. Hay que evitar el exceso de fútbol, el exceso de actividad. Después del entrenamiento el complemento ideal es una buena nutrición y un descanso reparador. Nada de llegar y salir inmediatamente para la calle y menos regresar tarde a casa, porque es como si se siguiera entrenando, propiciando una sobrecarga de esfuerzo. Además, se ha dicho que la hormona del Crecimiento se dispara durante el sueño.
Higiene: Mantener una limpieza del cuerpo, especialmente de los pies, evitará que se instalen procesos mórbidos (enfermedades) en el organismo. El futbolista debe cuidar sus pies como el pianista cuida sus manos. Son sus instrumentos de trabajo. No hay nada más lamentable que un futbolista con mal olor en sus pies.
Es importante cambiarse de ropa después de jugar o entrenar. Hay que tener en el maletín los implementos de aseo: toallita, desodorante, talco para pies, chanclas, jabón, etc. Y no descuide la higiene dental.
Manejo del tiempo libre: Esto equivale a la higiene mental. La felicidad del ser humano es proporcional al buen manejo del tiempo libre. Toda persona debe descubrir una actividad complementaria que la atrape. Que le llene sus horas muertas. Especialmente los deportistas que suelen tener tanto tiempo libre. Hay que apuntar a labores manuales o intelectuales activas como la electrónica, la computación, la pintura, la lectura, el cine, las artes o el estudio en general. No es suficiente con ponerse a escuchar música, esta es una actividad pasiva, a no ser que se baile o se utilice para componer canciones. Y no todo el tiempo puede ser fútbol por televisión. El joven debe enriquecer sus conocimientos explorando otras áreas.
No obstante, a un chico que posea todos estos elementos mencionados, nadie podrá garantizarle, aún, que llegará a ser un gran futbolista (eso dependerá también de otros factores), pero tendrá muchas más posibilidades que aquel al que le falte alguno de esos pilares.
En definitiva, la clave está en adquirir una serie de hábitos sanos. Lograr ese pequeño triunfo de cada día aportándole algo a su crecimiento personal y deportivo, construyéndolo y elaborándolo como un artesano, porque, en últimas, el éxito es un montón de pequeñas cosas hechas bien hechas.
agarizabalo@hotmail.com
Publicado en El Heraldo Deportivo, Septiembre 11 de 2007.
Publicado en la Revista del Deportivo Cali, Jul. 2007.
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