El fútbol es un deporte de situación. Por eso sus acciones deben ser elaboradas y procesadas durante los entrenamientos, para que los jugadores puedan comprenderlas y vean las diferentes opciones que se les presentan en cada jugada. Será importante, entonces, apoyarse en un catálogo de Códigos y Consignas que se va elaborando con las propias experiencias adquiridas durante los ensayos y partidos. Es una decisión muy particular escoger cuáles son esos detalles que se consideran fundamentales. Cada equipo tiene que organizar los suyos.
Los CÓDIGOS son principios o señales que hay que respetar. De ello dependerá la funcionalidad del grupo. Son acuerdos preestablecidos que hay que cumplir indefectiblemente, puesto que suponen la seguridad necesaria para el trabajo colectivo. Es el patrón de juego. El mapa guía, la brújula cuando se pierden las señales. Un gesto, una orden, un símbolo. Algo contundente que desencadene una acción automática. Puede ir desde respetar un estilo de juego (tener la pelota a ras de piso, por ejemplo) hasta las jugadas de laboratorio, a favor y en contra, en la pelotas detenidas. Vamos a desmenuzar algunos y a enunciar otros:
1-Quien quita, entrega: Un error frecuente: el jugador quita la pelota y enseguida pretende conducirla para crear una jugada ofensiva, pero, casi inmediatamente, se ve comprometido en un choque con un contrario o pierde el balón. ¿Qué es lo que ocurre en este caso?... El jugador, cuando sale a recuperar la pelota, se concentra en los movimientos del rival para poder ejecutar la recuperación. El Recuperador viene a ser, en últimas, un imitador, tiene que acoplarse a ciertos movimientos del contrario para poder quitarle el esférico; pero, cuando finalmente gana el balón tiene poco espacio para maniobrar, porque, por inercia, cerca de la jugada, ya se encuentran varios contrarios, incluyendo, por supuesto, el que lo tenía inicialmente.
Además, en su afán por recobrar la pelota ha perdido la visión o perspectiva de la jugada ofensiva. Así que, queda determinado como un código: Quien quita debe entregar el balón a un compañero y desplazarse hacia una zona menos poblada para tener la posibilidad de participar nuevamente en el juego, ahora con más tiempo y espacio para pensar. Esto le dará fluidez a la circulación del balón.
2-A pelotazo largo, rechazo largo: Los defensas a veces se complican porque, no teniendo claro lo qué van a hacer, aún así intentan bajar la pelota y quieren salir con ella. Es preferible despejarla fuerte. Otra cosa es que cuente con espacio y tiempo para jugar.
3-Respetar la subida de los defensas en los cobros: Si los centrales van al remate, el ejecutor de la falta no debe patear directo al arco. Porque si los defensas avanzaron 70 metros no se pueden dejar colgados. Igualmente, cuando se realiza un cobro de costado, si la pelota va pasada a segundo palo, el que llega no debe rematar al arco, sino bajarla a los centrales que están arriba, pues para algo subieron.
4-Resolver oportunamente: la capacidad de resolución hay que entrenarla; por ejemplo, obligando a lanzar un centro después de cada desborde: Ocurre que nuestro delantero llega con ventaja por el costado y en vez de centrar, mete un enganche y espera a que venga el defensa para enfrentarlo de nuevo. Es posible que logre hacer la gambeta, pero entonces, ya dentro del área encontrará medio equipo contrario. Si pierde el balón, no sólo desaprovechó la circunstancia que se le presentaba al principio, sino que ahora quedarán cinco jugadores (él y los cuatro compañeros que fueron a esperar el centro) por fuera de la jugada y lo más probable es que el resto del equipo esté en contrapié sólo porque prefirió una jugada de lucimiento personal y no pensó colectivamente. Sobre la necesidad de ser eficaces y concretos, debemos insistir en los entrenamientos.
Lo mismo ocurre cuando atacamos con “Superioridad numérica”. Viene el contragolpe y nuestro volante creativo gana la pelota por el medio; aparecen dos compañeros libres, uno por cada lado. ¿Qué hace nuestro “Volante creativo”?... En lugar de aprovechar la “Superioridad” momentánea, decide arriesgarse enfrentando al único defensa que quedaba. Escoge el azar del uno contra uno desestimando la ventaja que tenía ¿Es una decisión realmente inteligente?
Otros Códigos para tener en cuenta: No jugar con pases laterales. Lo primero que tiene que ganar el defensa es la posición, antes de ir a disputar el balón. Un volante no debe salir a dar el combate solo, porque puede quedar fuera de jugada. La primera obligación de un volante creativo es no perder el balón (después de que se recupera la siguiente acción es asegurarlo y sólo después lanzarse a la aventura). El primer movimiento de un delantero es hacia afuera (es preferible que inicie su ataque perfilado desde el costado hacia adentro). Después de un desborde dentro del área el centro tiene que ir arriba, al segundo palo. Toda pelota que venga por encima de la cintura se debe rematar o rechazar de cabeza. Un equipo de fútbol debe tener preestablecido qué acciones empleará para manejar un partido que se vaya ganando.
LAS CONSIGNAS, entre tanto, son propósitos a conseguir durante el juego: Que toda jugada ofensiva termine con un remate al arco contrario, por ejemplo. Que no nos cabeceen en el área. Que se realicen cinco toques cortos antes de un cambio de frente. Que asfixiemos al rival en los primeros 15 minutos cuando juguemos de local. Que los que ingresan como sustitutos cumplan con los objetivos formulados, es decir, que tengan claro a qué van, en qué momento del partido entran, cuáles son sus funciones precisas.
Para trabajar estos conceptos reseñados, se recomienda no caer en el lugar común de utilizar frases hechas. Lastimosamente en todos los estamentos del fútbol se ha impuesto el argot periodístico. Está bien que un periodista diga que al equipo “le faltó actitud”, pero el entrenador ¿cómo traduce ese concepto a un lenguaje de entrenamiento? ¿Cómo hace para que su equipo asimile la “Concentración”? Porque ahora se volvió moda que cada vez que nos hacen un gol es porque estábamos desconcentrados. ¿Cómo se corrige eso? ¿Qué estamos diciendo cuando declaramos que nos “faltó agresividad”? ¿Sí mejorará nuestro jugador si en el balance que le hacemos del partido le decimos que hizo “unas de cal y otras de arenas”?
Ese es un lenguaje muy general y por lo tanto muy difuso; luego, no es práctico ni contundente. Convendría utilizar expresiones asequibles que rápidamente se traduzcan en imágenes que se puedan trabajar. Decirle a un defensa cómo tiene que perfilarse, cómo ganar la posición, cuándo debe marcar hombre a hombre y cómo tiene que hacerlo; a un volante, en qué momento preciso tiene que ir a disputa la pelota, cómo bajar el centro de gravedad para que siempre esté dispuesto a las jugadas; y a un delantero, cómo enfrentar al arquero contrario, cómo tiene que entrar y salir en las jugadas y cómo efectuar centros y definir con acierto, podrían ser, entre otras, situaciones de juego muy puntuales, donde, implícitamente, se está trabajando la concentración, la agresividad, la actitud y todas esas palabras hermosas que utilizamos cuando queremos decir algo pero no sabemos cómo.
Finalmente, durante los entrenamientos, hay que trabajar menos y enseñar más, porque, en ese inigualable espacio para interactuar con el grupo, es más importante primero PENSAR, ANALIZAR y después HACER.
publicado en El Heraldo Deportivo el 22 de Julio de 2008.
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