viernes, 18 de julio de 2008

Ser competitivos (4) - LAS ARMAS SECRETAS

Por: Agustín Garizábalo Almarales

Ser competitivos implica también saber controlar algunos detalles del juego que son determinantes a la hora de ver por qué un jugador de fútbol le gana a otro en un duelo. Son minucias que parecen inofensivas, pero, al final, administrar esa pequeña ventaja es lo que marca diferencia en una confrontación.
La verdadera “Arma Secreta” es el conocimiento. Cuando un futbolista tiene mayor y mejor información que su competidor ya va ganando la partida. Equivale a poder manejar ciertas situaciones tácticas, que son universales porque se pueden aplicar en todos los sistemas de juego, y que no tienen que ver con la forma de disponer los jugadores en la cancha, sino con los misterios de cada posición.

Si un joven adquiere la necesidad de preguntarse por qué ganó o por qué perdió un lance y es capaz de responderse honestamente, ya tiene adelantado el camino. Ese cúmulo de experiencias procesadas se impone en una eventual igualdad en otros aspectos. Ahora que el fútbol se ha globalizado y mediatizado y casi todos trabajan y juegan a lo mismo, hay muy pocas posibilidades de sorprender. A menos que apuntemos a los detalles. Veamos algunos:

Proteger la pelota: Hay que enseñarlo, especialmente en edades tempranas. Saber “meter” el cuerpo en las pelotas divididas. Encajar el hombro en el cuerpo del contrario, abrir ligeramente el brazo, bajar el tronco, impulsarse con la pierna contraria. Ganar la pelota: Esto le concede un alto porcentaje de seguridad a los niños. Lo más natural es que los infantes tengan un poco de miedo al ir a las pelotas divididas; el fútbol es un deporte de contacto y los choques son situaciones inevitables. ¿Qué es lo que normalmente observamos?...nuestro jugador va completamente desarmado a ganar la pelota y mete tibiamente la piernita; si lo cogen “mal parado” termina en la pista atlética. En cambio, si le enseñamos cómo debe protegerse, cómo meter el cuerpo, probablemente gane en seguridad y estará mejor dispuesto a “pelear” una pelota dividida. La clave está en el manejo de los brazos y esa sensación de superioridad que se logra cuando en una pelota dividida te adueñas del balón porque sabes protegerlo.

Marcación hombre a hombre: Cualquier día llega el director técnico y decide que ya no va a jugar con marcación zonal sino Líbero doble stopper y dispone que “Fulano” será el líbero (por supuesto, alguien rápido y técnico) y resuelve que “Sutano” y “Mengano” (con seguridad, jugadores fuertes y aplicados) se encargarán de hacer el hombre a hombre. Pero, ¿habrá tenido el cuidado de explicarles a estos niños cómo se realizan esas marcas?.... Si alguna vez se nos ocurre, podríamos tener en cuenta los siguientes aspectos:

A)-Marcar por dentro: significa que el defensa tiene que pararse siempre entre el delantero contrario y su arco.

B)-Distancia apropiada: el defensa no debe colocarse tan lejos ni tan cerca del contrario. La distancia apropiada es más o menos un metro y se mide estirando el brazo del marcador sobre el hombro del delantero; si se ubica muy lejos, tendrá serias dificultades para anticipar. Si se coloca muy cerca, con el mínimo giro que el delantero haga lo dejaría fuera de jugada.

C)- Momento Justo: El momento preciso para anticiparle al rival es cuando la pelota todavía “no es de nadie” y la recuperación se realiza justo en el instante en que el contrario le entrega el pase a su compañero.

D)-Seguir con la marca: Si en alguna circunstancia el delantero logra adueñarse de la pelota y al enfrentar a su marcador busca a un compañero para hacer el uno-dos picando al espacio, es obligación del defensa que hace marca hombre a hombre, seguir con su presa y no soltarla erróneamente para ir a buscar el balón, porque, con seguridad le van a ganar la espalda.

Igual ocurre cuando se hace “marcación en ataque”: A veces, el jugador está haciendo la custodia encomendada mientras su equipo ataca, pero en el momento en que lanzan la pelota, el defensa, equivocadamente, suelta la marca para hacer un “agrande”, lo que permite al delantero recibir sin problemas el balón; en ese momento, por tratarse de una pelota dividida, lo que tenía que hacer era evitar que el delantero se adueñara de la misma y generara una superioridad numérica con sus compañeros atacantes al recibir libre y encarar.

Entrar y Salir: Como entrenador de fútbol, creo que lo más difícil de enseñar a los jugadores de categorías menores es que adquieran ese conocimiento de cómo y cuándo entrar en una jugada y cómo y cuándo tienen que salir. Expliquemos:

En el ámbito defensivo, que el joven tome la marca hombre a hombre cuando la pelota, desde un costado, vaya a ser centrada por un contrario. Generalmente nuestro defensa marca por detrás, se deja anticipar, o le falta dar ese otro paso que le permita disputar una pelota aérea; es frecuente que nos hagan goles después de un centro porque el defensa no está en la distancia precisa. Esto hay que corregirlo en los entrenamientos, que el jugador sienta que es un campanazo de alerta cada vez que la bola va a fondo, porque existen serias posibilidades de recibir un gol. Trabajar mucho los rechazos aéreos para que el defensa gane seguridad al disputar una pelota.

En el ámbito ofensivo, curiosamente, lo más difícil de enseñar (en mi experiencia, repito) es lo contrario, es decir: la misma jugada pero en forma ofensiva: Que el delantero sepa entrar, salir y volver a entrar para llegar al remate con ventaja. Ocurre que el compañero va a fondo con disposición de centrar la pelota y, ¿qué hace el delantero?... Se mete a las cinco con cincuenta y se queda pegado al defensa contrario y al arquero. ¿Qué pasaría si este delantero, entrara –por supuesto-pero luego, antes de que tiren el centro diera varios pasos atrás -saliera de la jugada, desprendiéndose de la marca- y después, cuando el centro venga, entrara de nuevo, ahora sí, para el remate?... Seguramente tendría ventaja por mayor espacio y mejor impulso para cabecear. En todo caso, no basta con decírselo a los jugadores. Hay que entrenarlo, y repetirlo y repetirlo. Movimiento de los delanteros: Cuando se inicia un ataque desde la zona de media cancha, ocurre con frecuencia, que los delanteros lo que hacen es “esconderse” entre los defensas contrarios; corren en forma muy frontal y se “marcan ellos mismos” facilitando así que la defensa contraria recupere la pelota.
¿Cómo deben moverse los delanteros? Generalmente la zona de mayor presión es por el lado donde viene la pelota; luego, será conveniente que el delantero de ese sector, en lugar de correr hacia delante y perder de vista el balón, salga a recibir para jugar en corto, mientras el otro delantero que está más lejos (al otro lado de la jugada) puede picar en diagonal hacia arriba, porque éste sí tiene visión sobre la pelota y probablemente más espacio.

Hay que enseñarles a los jugadores ofensivos que no deben esperar la pelota para iniciar la jugada de ataque; más bien, desde antes de que nuestro equipo recupere el balón, los volantes y delanteros -ubicados de media cancha hacia arriba- irán tomando posiciones para cuando se recupere la pelota ya tengan una tentativa de jugada: el volante se irá hacia una zona donde pueda alcanzar un rebote o recibir con espacio (lo que el “Pibe” Valderrama hacía cuando se iba hacia una zona aparentemente “muerta”) y el delantero alejarse un poco de la marca y perfilarse ofensivamente de tal manera que una vez su compañero reciba el balón ya se tenga alguna noción del posible desarrollo de la jugada.

Son, pues, algunas de esas “armas secretas” que algunos equipos de fútbol esgrimen de manera sencilla y contundente.


agarizabalo@hotmail.com
Publicado en El Heraldo Deportivo, el 15 de Julio de 2008.

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