viernes, 3 de enero de 2014

Donde pone el ojo, hay talento


 Nota publicada en EL ESPECTADOR

Agustín Garizábalo descubrió a muchos futbolistas criollos que triunfan en el exterior.
 Agustín Garizábalo, cazatalentos del Cali en la Costa Atlántica

 Descubrió a Abel Aguilar, Juan Guillermo Cuadrado y Luis Fernando Muriel, tres integrantes de la selección colombiana de fútbol de José Pékerman. 


Por: Luis Guillermo Montenegro 
 
 El ambiente futbolero en Barranquilla se siente fuertemente a dos días del partido de la clasificación al Mundial de Brasil 2014. En cada cuadra se ven banderas, camisetas y cornetas que invitan a la gente a sumarse a la fiesta que se está preparando para el juego frente a Ecuador en el estadio Metropolitano.
 Agustín Garizábalo Almarales, un costeño de Soledad, Atlántico, nacido hace 53 años, es el orgulloso descubridor del talento de tres integrantes de la selección de Colombia. Juan Guillermo Cuadrado, Abel Aguilar y Luis Fernando Muriel fueron aciertos de este hombre que por más de 18 años ha dedicado su vida a seguir torneos infantiles y juveniles para incorporar jugadores al Deportivo Cali. Además de estos tres jugadores, se fijó en Michael Ortega, Gustavo Cuéllar, Ricardo Ciciliano, Felipe Pardo y Freddy Montero, quienes salieron de la cantera del equipo azucarero para triunfar en el fútbol del exterior.
 “Ver a tres jugadores que en algún momento guié es una alegría inmensa, una satisfacción que me permite ver que estoy haciendo las cosas bien. Yo, entre muchas otras cosas, les digo a mis jugadores que no me hagan quedar mal y estos tres sí que me han cumplido”, comenta.
 Él no sabía que tenía ese don. Todo comenzó cuando estaba en el bachillerato. El maestro lo envió a aprender a ver. “No era suficiente con pasar, sino con mirar, nos dijo. Pidió que le diéramos la vuelta a la manzana y le contáramos qué veíamos. Cuando me preguntó, le respondí: ‘Maestro, vi una estación de taxi, una iglesia y un hotel’. Él me respondió: ‘Agustín, esa descripción no me la hace ni un ciego, busco que realmente miren qué está pasando, qué comportamientos hay’.
  Eso es lo que realmente él hace, ve bien a los jugadores, no se queda sólo con lo que hagan futbolísticamente, sino que los analiza como un conjunto y se preocupa por enseñarles valores y características en general de la vida. “Me preocupo por cómo viven, en qué entorno están, etc.”, comenta.
 El descubrimiento
 Se desempeñaba como asesor técnico de las selecciones Atlántico y por ese motivo asistía a todos los torneos nacionales de la Difútbol. Álvaro Aguilar, presidente de la Liga de Bogotá, en ese entonces, y padre de Abel, lo invitó a que viera talentos de la capital. “Él me hablaba de su hijo Kike, pero no le paraba bolas. En algún torneo en Tolima le dije que el único jugador que me interesaba de Bogotá era el número 7, sin saberlo, ese era el famoso Kike, quien resultó ser Abel Aguilar”, destaca el cazatalentos costeño. En ese certamen también estaban Falcao García, Stalin Motta y Rafael Robayo. Con 16 años, Abel llegó al Deportivo Cali, en donde continuó con su formación como jugador.
 A Juan Guillermo Cuadrado, Agustín lo vio en un torneo Asefal en Barranquilla. “Desde niño fue mágico”, destaca. Juan Guillermo fue a la ciudad atlanticense con el Manchester de Urabá. Ahí lo referenció para que Nelson Gallego, quien se desempeñaba como director de las menores del Cali en ese momento, lo viera. “Recuerdo que él estuvo unos meses en el equipo azucarero porque llegó con muchas desventajas físicas, por eso cuando Nelson se fue del Cali se lo llevó y lo siguió formando durante cuatro años en diferentes equipos hasta convertirlo en el crack que hoy demuestra ser”, destaca Garizábalo.

Por otro lado, a Luis Fernando Muriel lo considera como un caso especial, porque era el jugador que estaba en un entorno más complicado. Jugaba con el equipo de Santo Tomás y siempre le hacía goles al equipo que dirigía Agustín. “Quisimos tenerlo, pero Álvaro Núñez se nos adelantó y habló con sus padres para llevarlo al Júnior. Era como ver a Valenciano, un cachetón goleador”, confiesa. Sin embargo, cuatro años después, no había logrado destacarse y por eso pasó a la Escuela Barranquillera. En un torneo Asefal, Jorge Cruz, técnico de las menores de Cali, lo vio y le pidió a Agustín que le hiciera seguimiento. Unos meses después fue vinculado al Cali.

En el más reciente partido amistoso frente a Serbia, sus tres jugadores fueron titulares (ver foto), un motivo de orgullo que espera se repita en el juego frente a Ecuador. “Los partidos amistosos no los veo casi nunca, pero ese día me llamó un amigo y me contó que los tres estaban de inicialistas. Vi el juego y lo hicieron bien, ojalá Pékerman los pueda volver a poner el viernes”.
Publicado en El Espectador - 3 de Septiembre de 2013
Ver Nota original en:  http://www.elespectador.com/deportes/futbolcolombiano/donde-pone-el-ojo-hay-talento-articulo-444266
 


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