martes, 8 de abril de 2008

SABER ELEGIR ( Segunda Parte ) - Qué Hay que Ver

Por: Agustín Garizábalo Almarales



El verdadero secreto de esta labor es el seguimiento.”



Cuando ya tengamos referenciado al jugador que vamos a analizar, debemos concentrarnos en su actuación durante la competencia –y fuera de ella- y tener en cuenta ciertos detalles que pueden marcar la diferencia:

Desplazamientos: Casi es una norma universal: el jugador de talento tiene una forma especial de correr, una gracia, una elegancia; en el lenguaje antiguo: un “aguaje”. Generalmente juega con la cabeza levantada y sus desplazamientos suelen ser explosivos pero también económicos. Y la cualidad más importante es que maneja los cambios de ritmo: sabe pasar de jugar rápido a pausado y viceversa.

Golpe de balón: El talentoso posee una sensibilidad especial en el trato con la pelota. Cuando uno ve que el muchacho no patea, sino que más bien acaricia la pelota y ella le obedece como a pocos, allí hay posibilidades de encontrar algo bueno.

Decisiones dentro del área: ¿Quieres saber cuál es el gran jugador?...
Analiza cómo es su actuación dentro del área propia (cuando aparece en situación defensiva)
Y dentro del área contraria (cuando aparece como delantero).


Generalmente los talentos toman decisiones asertivas y salen ganando en esas zonas de alta presión, donde el jugador ordinario se confunde y se cae.
Será prudente llevar alguna estadística de lo realmente producido dentro de las áreas: un pase gol, un gol, una finta, un cierre con clase, un mano a mano afortunado... siempre será una buena herramienta. Seguramente podremos constatar (sin mucha sorpresa) que los que más se atreven a buscar la eficacia son siempre los mismos.

- ¿Toma el jugador las decisiones correctas?

“Chispa”: No se concibe a un buen jugador de fútbol que sea un tonto. La viveza y la picardía son casi inherentes al “fuera de serie”. Seguramente será de aquellos que se las “pilla” al vuelo, que identifica enseguida quién puede ser su aliado. Y tendrá ese sexto sentido para sacarle provecho a cualquier situación. El volante creativo, el diez, por ejemplo, en una sola mirada se da cuenta de todo, quien pica, quien se mueve, quien sale a recibir, donde está el espacio, ¡todo!, en un solo golpe de mirada.

Temperamento, Liderazgo, Pundonor: Sin duda un jugador sin agresividad no puede ser un talento. A lo sumo tendrá buena técnica, pero si no la tiene respaldada por el pundonor, el espíritu de lucha y el temperamento necesario, estará condenado a fracasar. Esta “agresividad deportiva” resulta fundamental.

- ¿Está dispuesto a correr para recuperar la pelota?
- ¿Aparece en los momentos difíciles?
- ¿Tiene carácter?
- ¿Es fuerte mentalmente?

El liderazgo también suele ser un rasgo característico en los grandes jugadores: esos que piden la pelota, que no se esconden, que guían a los compañeros, que dan la cara, que no les gusta perder, que van al frente.

- ¿Cómo actúa cuando va perdiendo?

Concepción colectiva: El verdadero talento es aquel que ya se dio cuenta de que el fútbol es un deporte colectivo y que le devuelve diez veces lo que él le da. Es decir, en la medida en que el talento “Ponga a jugar al equipo”, es seguro que el equipo terminará “jugando para él”, porque los otros diez jugadores sabrán que con él cuentan para lograr los objetivos del grupo. Y que él es el hombre. Lo más importante para un jugador talentoso es que sea reconocido dentro del equipo como tal, que se haya ganado esa jerarquía por sus ejecutorias eficientes.

- ¿Juega para él solo?
- ¿Cuántas asistencias hace por partido?

Búsqueda constante del gol: El verdadero talento es aquel que juega para Ganar. No le basta con jugar por jugar. Tiene algo que lo impulsa al riesgo para conseguir lo más preciado y eso es el gol. Así se trate de un defensa, si es talentoso, seguramente será el primero en intentar romper las redes contrarias.

Gusto por el entrenamiento: El jugador tiene que disfrutar el entrenamiento porque ese es su verdadero trabajo: el mejoramiento individual, diario y sistemático.

Debemos verificar si el joven goza con esta disciplina y si además está dispuesto a asimilar de sus profesores, si es un consagrado en esa búsqueda del perfeccionamiento.

“Talento es aquel que posee cualidades especiales que pueden ser potencializadas.”

Entorno social y familiar: Será muy importante analizar también este aspecto: qué piensan las personas que lo rodean, la familia en especial. Generalmente este aspecto determina el nivel de autoestima de un deportista, por lo tanto, no puede ser descuidado.

Investigar cómo el muchacho maneja su tiempo libre, qué otras actividades realiza, cuáles son sus aspiraciones en la vida. Quiénes son sus mejores amigos.

(Debemos establecer si posee una personalidad de éxito o si se ha dejado contaminar por un entorno de fracaso).

Presencia física: Desde luego que la talla y la constitución física son elementos fundamentales para la elección de un deportista con pretensiones de alto rendimiento. Pero tenemos que analizar, esencialmente, porqué un jugador de categoría infantil o juvenil está marcando diferencia. Hay que constatar si su desempeño es sobresaliente sólo por su fuerza y talla y no por los verdaderos elementos del juego.

Ahora bien, si es un muchacho que tiene muchas de las cualidades citadas, pero tiene poca estatura, debemos considerar otros aspectos:

Primero: No hay que descartarlo automáticamente porque sea de baja estatura, es posible que su crecimiento esté retrasado (lo cual podría mejorarse con un plan de crecimiento y desarrollo).

Segundo: Evaluar si a pesar de ello marca realmente diferencia durante la competencia. No olvidemos que con el tiempo él se enfrentará contra estos mismos que ahora compite.

Tercero: Observar para qué posición se está escogiendo: jugadores de baja talla tendrán pocas posibilidades como arqueros o marcadores centrales. Además, debemos mirar si la configuración de las extremidades inferiores es longilínea, muestra de que el joven puede estirarse (por lo menos hasta alcanzar una estatura promedio). Pero si definitivamente es un enano....

La clave no está en andar por ahí descartando jóvenes. ¿Quién es uno para venir a decirle a un joven que no sirve para el fútbol? Se trata es de identificar y descubrir a los que, de acuerdo con nuestros parámetros, cree uno que son mejores y hacerles un seguimiento en diferentes torneos.

La competencia exigente es la única que finalmente muestra el verdadero talento.


Si desea hacer un comentario o enviar alguna sugerencia escriba a agarizabalo@hotmail.com

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