viernes, 15 de marzo de 2013

UN ESCRITOR que ve a los prospectos como Personajes de Éxito

Garizábalo actualmente es asesor de varios clubes y mantiene su prestigio.



Por Wilhelm Garavito M.
( El Heraldo - Bquilla )


Un soledeño que vivió su infancia descubriendo lo que había entre las corrientes del Río Magdalena y quien a diario desborda más sus pasiones por la literatura y el fútbol, tiene una alta incidencia en el idilio que por estos días vive Colombia con el seleccionado Sub-20 en el Mundial. 

Agustín Garizábalo, cazatalentos del Deportivo Cali en la Región Caribe, llevó al equipo azucarero a Michael Ortega y a Luis Fernando Muriel, pilares en el sueño orbital tricolor.
Hoy, revela con su voz grave el comienzo de aquella historia, la misma que ya escribe entre goles y gambetas, teniendo como respaldo el haber apoyado la actitud heroica de sus propios personajes.

¿Cómo identifica a un jugador que puede ser figura?
No es difícil identificar al jugador que marca diferencia. Podemos decir que desde el experto en fútbol hasta el vendedor de raspao notan quién es el talentoso dentro de la cancha. Yo busco que marque diferencia con gestos técnicos y demás.Pero aparte de eso, me acerco a dialogar con el jugador para saber si ve el fútbol como su proyecto de vida, veo cómo entrena, cómo resuelve sus conflictos, si tiene apoyo de su familia, si juega en un equipo que lo ayude en pro de sus triunfos, los amigos que conforman su entorno, entre otras cosas que pueden incidir en su futuro.

¿Y cuál es la diferencia entre lo que ve cualquiera inicialmente en un jugador y lo que ve usted?
La metodología del seguimiento y el estilo de trabajo basado en el conocimiento del joven y su entorno. Ell tener varios  jugadores en el fútbol internacional me ha generado una credibilidad.

¿Cómo descubrió a Luis Fernando Muriel?
A Muriel comencé a verlo cuando tenía nueve o diez años. Él jugaba en una escuela de Santo Tomás. Yo trabajaba en la Escuela Barranquillera y él siempre nos hacia goles, intenté llevarlo a mi equipo, pero Álvaro Núñez se me adelantó y se lo llevó para el Junior, club en el que estuvo unos años y luego se retiró porque se lesionó y no lo ponían a jugar.

¿Y luego cómo lo reencontró en el fútbol?
El mismo Álvaro Núñez lo rescató y lo llevo a Escuela Barranquillera. Estando en un torneo de Asefal comencé a hacerle el seguimiento. Él se fue después a Medellín con una Selección Atlántico. Estando allá le mandamos un dinero para que una vez terminara el torneo se fuera para Cali.

¿Y cómo fue el caso de Michael Ortega?
A Michael lo conocí cuando jugaba en la Escuela Toto Rubio. Un padre de familia me dijo que lo fuera a ver en la cancha del barrio El Carmen. Le decían Maradonita y metió cuatro goles en ese partido. Lo seguí viendo y cuando ya tenía 15 años hice que se fuera para el Cali después del torneo Asefal de mitad de año, aunque en el último partido de ese torneo le había ido desastroso y habían eliminado a su escuela.

¿Le puso una prueba muy peculiar a Michael Ortega?
A Michael un día me tocó enfrentarlo. Yo estaba con la Escuela Barranquillera y él con Toto Rubio. Antes del partido le dije que si  hacía tres goles lo llevaba para el Deportivo Cali. Ese día jugó mal, quizás presionado por los goles que tenía que meter, se desconcentró totalmente y su equipo perdió. Cuando el juego acabó me preguntó: “¿profe ya no me va a llevar al Cali?”. Fue entonces cuando le dije que se tranquilizara y que siguiera entrenando, que lo importante era que tenía talento.

¿Qué siente al ver por televisión a sus pupilos haciendo soñar a toda Colombia?
Feliz porque son buenos jugadores y aportan. Los veo por televisión y me doy cuenta de que ya no son los chicos que llevé al Cali, sino hombres formados. Al ver los goles, por supuesto, celebro porque es Colombia la que se pone arriba. La importancia de mi tarea la veo después, cuando la gente me lo recuerda en la calle o cuando me llaman para entrevistarme.

¿Se mantiene en contacto con Ortega y Muriel?
Michael Ortega me llamó recientemente y hablamos un poco. Pero la mayoría de las veces, en cuanto esos muchachos son profesionales, pierdo contacto con ellos; soy consciente de que represento sólo un momento en sus aspiraciones y mientras dura ese proceso mantenemos un vínculo muy fuerte,  pero después los veo sólo de vez en cuando, en alguna cancha de Barranquilla o Cali.

¿Qué es lo más importante en su trabajo como descubridor de talentos?
Lo que me interesa como escritor que soy es la historia, esa que al final termino contando. No trabajo como entrenador de fútbol sino como escritor, voy descubriendo cada detalle, como encontrando las piezas de un rompecabezas, lo que al final me permite elaborar un relato que vale la pena, soportado en que existe un personaje que va encaminado a triunfar.

¿Cuáles son los jugadores que más le gustan?
Me gusta ese jugador que intenta y fracasa, ese que intenta y luego triunfa, no el que abandona los objetivos.

(Publicado en El Heraldo de Barranquilla, Domingo 7 de Agosto de 2011)

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